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A los 6 años me detectaron la curvatura de 30° grados, comenzamos a tratarlo con natación y kinesiología, ya que no era quirúrgico. En los primeros años, los resultados fueron muy buenos. Pero luego empezó nuevamente a empeorar, ahí me agregaron el corsé e hizo el mismo proceso. Mejoró, después empeoró y llegó lo que más temía, la cirugía.

Con 12 años, ya tenía 60° grados de curvatura, no tenía dolor ni tampoco ningún síntoma, pero a futuro era un peligro. Así que tomé fuerzas y lo hice, con miedo obviamente pero con optimismo de que era para mejor.

La operación fue un éxito, la recuperación también. Todo estaba bien, hasta que dos años después me salió una fístula. Punzaron para ver si había infección pero no salía nada relevante.

Después de un tiempo de seguir así, decidieron realizar una Toilette Quirúrgica para ver qué pasaba. La fístula cerró, todos pensamos ¡YA ESTÁ! Pero 15 días después volvió a salir.

Estaba por realizar mi fiesta de 15 años, me dejaron pasarlo, disfrutar de esa noche. Juntar fuerzas y luego seguimos con antibióticos y punciones para ver si se iba.
La visita a un infectólogo determinó que había que retirar el material, ya que mi cuerpo no lo estaba tolerando.

¿Qué pasaba ahora me preguntaba yo? ¿Si sacamos la prótesis la curvatura vuelve? ¿De qué sirvió tanto esfuerzo?
Íbamos por la tercera cirugía. Al colocar una prótesis se colocan injertos de hueso, esa era mi salvación al retirarla, eso iba a hacer que no avanzara de nuevo la Escoliosis.

Lo hizo, pero duró sólo dos años. Con 18 años la curvatura estuvo en 80° y otra vez era plan quirúrgico.
Nuevamente esas palabras duras " HAY QUE OPERAR", pero creía que no me pasaría lo mismo, pensé ya lo pasé, ya sé que se siente, yo puedo... Pero toda mi fortaleza se desmoronó cuando nos dijeron que ya no era colocar sólo la prótesis, eran 2 operaciones y necesitaba un tratamiento de 12 días con un Halo Cefálico.

¡Asustada creo que quedaba chico para definir como me sentía! Pero otra vez mi futuro estaba en juego, porque si bien seguía sin tener síntomas más que lo estético, era peligroso a largo plazo. Ya no hablábamos de 60° eran 80° de curvatura y aumentaba.
Por suerte dije sí otra vez, creo que fue la primera mejor decisión que tomé teniendo 18 años.
El tratamiento del Halo fue llevadero, las dos cirugías fueron de 9 horas c/u, estuve un mes internada y los resultados fueron ¡ESPECTACULARES!

Todos los casos de escoliosis son diferentes ¡A mí me tocó este!
Es una parte de mi vida, algo que me enseñó muchísimo. Luzco mi cicatriz con orgullo en la playa, en las muestras de danza y llevando remeras escotadas atrás. Llevo una vida normal, sin dolor (sacando los días de humedad) y sin restricciones.

A los dos meses de operada competí en natación, las anteriores veces que lo hice sin prótesis salí primera y esa vez con la operación reciente, mi cuerpo adaptándose a la nueva vida, salí segunda.

Mi hobby siempre fue la danza árabe y con la prótesis no tengo ningún problema para realizarlo.

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